Serie de toques acompañados de un ritmo fijo de tambor que permite a los bailarines lucirse y aligerar la marcha. Suele ser el toque que viene a continuación del Santo Domingo, después de un pitido prolongado. También se puede ejecutar a lo largo de la procesión.

Fuente: Miguel Angel Rodríguez Domínguez “El folclore de la isla de El Hierro”

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