Recibió Azofa - la de arriba - a la Patrona en Jinama con la niebla tendida regando los campos de Nisdafe, refrescando una temperatura que el verano suele mantener alta cuando julio ya esta bien entrado. San Andrés tomaba el relevo y la Madre Amada volvía al pueblo más alto de El Hierro por segunda vez esta Bajada, tienen el privilegio y la responsabilidad sus vecinos de recibir a Virgen de los Reyes en tres ocasiones, cuando baja a Valverde, cuando vuelve a la Dehesa en la Subida y cuando celebra entre ellos la Fiesta de San Andrés, privilegio concedido en 1941 y que desde 1989, cuando la Patrona baja regularmente a El Golfo, comienza en Jinama.

Son cortos, pero no por ello menos intensos, los recorridos de la Madre Amada cuando la “agenda” marca horario de entrega a otro pueblo, y San Andrés tiene pendiente a El Pinar y este a Isora, La Gorona punto de hermanamiento de los tres pueblos.
Bajó la Patrona a Jarera Bajo acompañada de San Andrés, de bailarines, tocadores y los vecinos que se reunieron para agasajar a la “huésped”.
Paró la comitiva en la plaza de la maestra Teresa Cándida, tiempo para compartir con amigos y vecinos productos de la tierra, queso, uvas, ciruelas o una pelota de gofio, de acercarse a la Madre Amada para inmortalizar en un instante, o para íntimamente, saludarla, agradecerle o rogarle, Ella de rosa, mato amarillo y bordados dorados.
Da la vuelta temprano la comitiva, que transita por las calles de La Cancela, Jarera para volver a la de La Iglesia, breve tiempo para “gustarse” en el baile, para animar el centro del pueblo con el toque de la juyona y el repiqueo de las chacaras, suenan alto en esta zona de El Hierro.
Apenas quedó un instante más para estar al pie de la Virgen, el traslado marca el final de la jornada y la Patrona debe llegar a tierras piñeras, se le espera en La Gorona.

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